Es considerado uno de los mejores astrofísicos del
mundo con un coeficiente intelectual de 160 (igual al de Einstein).
Su paso por el colegio no fue demasiado brillante, pero al
llegar al instituto se interesó bastante por la física y las matemáticas. Y
aunque a su padre le hubiera gustado que fuera médico, Stephen siempre ha
considerado la biología una ciencia demasiado inexacta e imprecisa. Asique
decidió estudiar física en Oxford donde empezó a interesarse sobre todo en la termodinámica, la relatividad y la
mecánica cuántica.
Al terminar la carrera fue admitido en Cambridge para realizar el doctorado. En su tesis doctoral defendió que la creación y destrucción del
universo puede ser causada mediante la explosión de un agujero negro, pero no tardó mucho en
retractarse y negar aquella teoría en la que tanto había trabajado. Con el paso del tiempo la investigaciones de Stephen sobre agujeros negros señalan que con el tiempo pierden masa y eventualmente se evaporan por completo.
Y fue realizando el doctorado cuando empezó a notar los
síntomas de la enfermedad que posteriormente le diagnosticaron: la esclerosis
lateral amiotrófica, una enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular. Le
dieron como máximo 2 años de vida, en ese momento Stephen se dio por vencido, pero con ayuda de Jane, la que luego sería su mujer y gracias a las nuevas
tecnologías, 52 años después aún nos sigue sorprendiendo con sus nuevas teorías.
A día de hoy ha escrito más de 15 obras, la más conocida “Breve historia del Tiempo”, escrita en 1968
ha vendido más de 10 millones de copias en el mundo. Además ha escrito 2 libros
infantiles junto a su hija Lucy, sobre ciencia y tecnología. Ha recibido bastantes premios en su vida entre los que se encuentra el premio Príncipe de Asturias de la Concordia otorgado por su trascendental labor investigadora sobre los fundamento del tiempo y espacio, dando a conocer las aportaciones científicas sobre el origen y destino del universo.
Un dato curioso sobre Stephen es que cree firmemente en los
extraterrestres y en la posibilidad de que tarde o temprano se pueda dar una invasión terrestre.
No solo con esto, también afirma que esta forma de vida se puede dar de 2 maneras. La primera
sería de forma primitiva y que vinieran en busca de recursos. Y la segunda,
completamente distinta, es que tuvieran una inteligencia superior.
Otro dato que nos ha llamado mucho la atención es su
capacidad de comunicación y de poder llevar una vida relativamente normal a pesar de su grave enfermedad que le impide moverse
y hablar. Los primeros síntomas fueron sus piernas y brazos descoordinados. Poco a poco fue perdiendo capacidad para hablar. En 1985 fue cuando le practicaron una traqueotomía y desde entonces no puede hablar por si mismo. Al principio utilizaba un aparato que relacionaba grupos de
letras con colores y él parpadeando era capaz de formar palabras y así poder
comunicarse. Más tarde cambió de sistema, a uno mucho más complejo y rápido. En el que mediante sensores, por el movimiento
de sus pómulos y ayudado con mando, Stephen es capaz de hablar aunque sea
mediante una voz robótica. Pero esto no le ha impedido seguir con sus estudios ya que ha estado impartiendo clases en la
universidad, ha escrito cantidad de libros y sigue dando conferencias.
Es este vídeo Stephen Hawking habla de la creación del universo.
Trabajo realizado por:
Andrea Martín y Elisa Pulido.
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