William Thomson o más conocido
como Lord Kelvin nació el 26 de Junio de 1824 y desde pequeño mostró una gran
curiosidad por el mundo que le rodeaba. Kelvin nació en Belfast, Irlanda, pero
más tarde se mudó a Glasgow junto con su familia. Desde una temprana edad
mostró una gran aptitud para las matemáticas y la física, por esta razón entró
en la universidad años antes de lo
común. Esto le facilitó los medios de expansión de su conocimiento y por eso
hizo su primera publicación matemática la edad de los 16 años. En 1841 ingresó
en la Universidad de Cambridge. Aquí se graduó, posteriormente se mudó a
Francia para realizar un postgrado en Paris. Finalmente, en 1846 consigue el
trabajo de profesor de física en la Universidad de Glasgow, Escocia. Allí
empleo gran parte de su vida, ya que desempeño ese cargo durante más de 50
años. Además, fue un gran contribuidor a la física inglesa pues instaló el
primer laboratorio de ese campo en una universidad británica.
Como
recompensa del trabajo de toda su vida recibió el título de Lord de Largs,
siendo este el primer científico británico en recibirlo. El nombre de Kelvin
fue atribuido por el río que pasaba al lado la Universidad de Glasgow, que
durante tantos muchos años fue su lugar de trabajo. A lo largo de su vida
publicó más de 600 artículos científicos, recibiendo numerosos honore. Fue
también presidente de la Royal Society desde 1890 hasta 1895. Durante su larga
carrera destacó en los descubrimientos relacionados con la termodinámica que
ayudaron a una mayor comprensión y especialización de ésta. En 1847 aporto a la
ciencia la escala de temperaturas absolutas que actualmente lleva el nombre de
“Escala Kelvin de Temperaturas Absolutas”.
Otro
de sus importantes aportes fue el cambio de punto de vista del calor que, por
aquella época, era considerado como un fluido. Gracias a Kelvin pasó a ser
interpretado como la energía de las moléculas en movimiento.
Kelvin,
junto a su amigo James Joule, trabajaron juntos en la teoría de Joule sobre el
equivalente mecánico del calor. Tras sus grandes esfuerzos en este trabajo se
emplearon al máximo en el efecto Joule-Kelvin o Joule-Thomson, que describe el
proceso en el cual la temperatura de un sistema disminuye o aumenta al permitir
que el sistema se expanda libremente manteniendo la entalpía
constante. También creó y redactó el efecto Thomson, que habla sobre el cambio
de temperatura en un conductor eléctrico, cuando se hace pasar una corriente
eléctrica en la dirección a lo largo de la cual varía la temperatura.
A lo
largo de su vida, William Thompson realizó algunas declaraciones
controvertidas, por ejemplo, cuando afirmó la imposibilidad de construir
aviones ya que, según él, máquinas más pesadas que el aire no podrían volar.
Pese a ello, algunas frases célebres relacionadas con las matemáticas fueron
pronunciadas por él, como por ejemplo esta: “Cuando se puede medir aquello de lo que se habla y se puede expresar en
números, se conoce algo del tema; pero cuando no se puede medir, cuando no se
puede expresar en números, el conocimiento es pobre e insatisfactorio: puede
ser el principio del conocimiento, pero apenas se ha alcanzado, en el
pensamiento, el nivel de la ciencia, independientemente de lo que se trate.”
Al final de su vida fue director
de la “Royal Society” o Real Sociedad de Londres para el Avance de la Ciencia
Natural y vicepresidente de la empresa británica Kodak.
Tras morir en la localidad
escocesa de Largs el 17 de diciembre de 1907, su cuerpo fue trasladado a
Londres y posteriormente enterrado en la abadía de Westminster junto a otro de
los mayores científicos de la historia de Gran Bretaña, sir Isaac Newton.
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